viernes, 12 de agosto de 2011

The Borgias y las etiquetas

Decir que True Blood es un drama es uno de los mejores chistes que se puede contar últimamente, porque lo que es drama-drama poco tiene viendo su memorable colección de WTF cómicos. Pero da la casualidad de que la serie tiene que ser encajada en alguna categoría para que el torso desnudo de Alexander Skarsgard y los pechos de la Paquin opten a premio, así que, ya que estamos, vamos a aprovechar su duración de casi una hora para colocarla en el lugar de la reflexión profunda y la lágrima. Desde luego, quien se acerque por primera vez a la serie de Alan Ball se llevará una sorpresa si sólo se fía de lo que digan las listas de los Emmys aunque, en general, el verdadero Belcebú en estas historias de falsas expectativas es el márketing de los estudios y cadenas. Que hoy se lo digan a The Borgias.

Estrenada esta midseason por el canal Showtime, fue vendida como un drama centrado en los chanchullos que se traía la famosa familia de origen valenciano en el Vaticano. Todo muy al estilo de The Tudors, el drama con tintes culebronescos que el canal mantuvo cuatro temporadas en antena. Comenté que su doble piloto adolecía de falta de ritmo, y lo cierto, es que hasta el cuarto capítulo las intrigas del papa Borgia y su prole fracasaban a la hora de entretener. En parte, esto se debió a que el personaje más destacado seguía siendo el pontífice interpretado por un Jeremy Irons muy comedido, que contaba con una línea argumental sin la suficiente solidez, mientras que sus hijos tampoco mostraban nada especial que aportar al conjunto de drama. Y en la cima de todo esto se encuentran esas incómodas patadas a los libros de Historia y al origen de la casa Borgia por parte de los guionistas (no sé hasta qué punto la obra de Mario Puzo en que se basa la serie tiene que ver con esto. No la he leído).

Pero todo da un giro de 180 grados en cuanto se hincha el protagonismo de Cesare, Juan, Gioffre y, muy especialmente, de la "dulce" Lucrezia Borgia, que se convierte en la reina absoluta del baile. Si su contribución como personajes dramáticos era cero, su maestría para lo escatológico quedó más que demostrada. Con ellos The Borgias se destapó como lo que es: un dispiporre situado en el Quattrocento, en el que el exceso y la incorrección política funciona como la única tarjeta de presentación y la Historia es una prostituta al servicio del guión. Las historias en las que se embarcan los hijos de Alejandro VI y cómo están ejecutadas recuerdan a una opereta de vodevil, pero cómo enganchan las malditas. Las carcajadas que arrancan unos diálogos y escenas totalmente alucinadas como ése intento de seducción de Lucrezia en los establos... ¡Jugando a palmas! "¿Neil Jordan tiene un límite?" es la pregunta más recurrida desde 'The Borgias in love' (1x05) hasta la finale 'Nessuno' (1x09). No es exageración.

Los personajes secundarios funcionaron como otro de los grandes agitadores de la temporada, empezando por el asesino Micheletto, una presencia misteriosa a la que siempre acompaña una sombra de desconfianza pese su lealtad declarada a Cesare. Sin embargo, ya que la serie había entrado en una espiral de desverguenza muy clara, otros tipos clamaban por su trozo también. Ahí estan Giovanni Sforza (Ronan Vibert), puesto como un malo malísimo con menos luces que un zulo; Alfonso de Nápoles (Augustus Prew), una locaza heredera de un padre ahora decrépito, otrora sanguinario; Sancha de Nápoles, una ninfómana; el rey Carlos VII de Francia (Michel Muller), un borrachín; y Ursula Bonadeo (Ruta Gedmintas), una que va de pía y las mata callando. Eso, por citar los más importantes, porque todavía hay piezas que faltan para completar este cuadro de serie.

En la mejor tradición del "nunca juzgues un libro por su portada", The Borgias parece lo que no es. Sí, cuenta con unos medios técnicos y una producción de lujo en las antípodas de la calidad de su historia, aunque se notan sus pasos autoconscientes hacia el rumbo que quiere tomar y, con ello, ya ha expresado su deseo acerca de cómo debe ser percebida por los espectadores. La próxima privamera y pasado el trago del debut, sabremos a qué aternernos con lo que pase en el Vaticano tal y como lo hacemos los que veraneamos a la vera de los vampiros de Bon Temps.

6 comentarios:

Fhilippos dijo...

Enorme Los Borgia y enorme tu entrada, lo que me he reído mientras la leía y recordaba escenas de la temporada xD

Como buen fan de Los Tudor le tenía muchas ganas a esta serie y me espera algo bizarro (como son Los Tudor), pero no imaginaba que el bizarrismo iba a alcanzar cotas tan altas. Y lo mejor de todo, es lo conscientes que parecen con todo esto y cómo quieren dirigir la serie hacia locuras y excesos constantes. Esperemos que, ahora que parece que encontraron su tono verdadero, nos sigan divirtiendo tanto (o más) la temporada que viene.

Por cierto, la grandeza de Los Borgia no sería tan grande de no haber ido comentando los WTF contigo y KObol semana tras semana xD

TV Spoiler Alert dijo...

No vi los Tudor, pero con los Borgia me lo paso pipa. Tienes totalmente la razón con lo de los secundarios, Irons es de lo más flojito del reparto que encabeza con facilidad Lucrecia. Es un culebrón "a la antigua" y no pretenden mostrar otra cosa, falta que se arriesguen un poco más con el tema incestuoso y ya tienen un fan de por vida.

Saludos!

seriéfilo dijo...

yo no me he acercado a ella por miedo, porque no soy muy amigo de este tipo de producciones históricas pero no históricas o que se yo.

Al final lo que importa es si es buena o no. ¿Es imprescidible?

satrian dijo...

A mí me decepcionó mucho y seguro que no veré la segunda temporada, historias sosas y sin tempo donde las haya, personajes y actuaciones pobres, con las esperanzas que tenía en Neil Jordan y Jeremy Irons, eso sí una gran producción en escenarios y vestuarios, pero poco más, prescindible.

Kobol dijo...

Buenísimos ratos que hemos pasado y pasaremos con esta serie xD

Jaina dijo...

Serieina_Felipe: Gracias! Yo también espero locuras multiplicadas por mil en la S2 y sigan apareciendo personajes choteados de la cabeza. No tienen nada que perder y las audiencias acompañan. ¡Por más charlas por Twitter!

Spoiler Alert: Muy de acuerdo, Irons fue la nota negativa de la serie, en general. Una decepción en ese sentido, pero es que el oro de personajes que son los hijos... Madre mía xD Por favor, incesto Cesare/Lucrezia ya xD

Seriéfilo: Todo depende de tu nivel de tolerancia a las idas de olla en estos series "históricas". Imprescindible no es, pero si buscas entretenimiento gratuito y fácil es una buena opción :)

Satrian: A mí las actuaciones me parecieron muy buenas para el tipo de serie que es, todo exceso. No sé, si te gusta el vodevil de True Blood, te podría gustar The Borgias unas vez pasado la sorpresa de que no es el drama que vendían. Yo no le pido más calidad a la serie que, por otro lado, me parece entretenidísima como digo en el post.

Kobol: Aún falta mucho para la S2, pero ahí que estaremos comentándola.